Cuando el Dr. Leonel Fernández Reyna, en ejercicio de la Presidencia de la República, en una carrera alocada conformaba las llamadas “Altas Cortes”, se abrogaba el derecho de colocar a sus hombres y mujeres de confianza, no por los méritos y lauros obtenidos en los tribunales de la República, sino por las potencialidades venales con la corrupción de estado, en atención de que dejaba huellas indelebles de corruptelas de estado.
Fue un espectáculo risible, en las que se le asignaron asientos no a la meritocracia jurídica dominicana, sino, a la conexidad política de otros partidos asociados, y sainetes gaditanos que en nombre de la oposición política, recibieron la ración de la boa para los suyos, introduciendo un giro sombrío a la credibilidad partidista.
En ese entonces, advertí al Presidente de la República, que al pasar la antorcha a un miembro de su partido, Lic. Danilo Medina, y colocar en calidad de socio mayoritario de ese gobierno a su distinguidísima esposa Doña Margarita Cedeño de Fernández como “Vicepresidenta de la República”, a la usanza de las satrapías más tristes y aborrecibles de América latina, con esto no saldría incólume en el caso de que el país –no políticos opositores light pre pagos– se decidiera a pedirle un juicio oral, público y contradictorio.
La corrupción de estado debe ser considerada un delito internacional, un crimen de lesa humanidad, de lo contrario, no tienen razón de existencia organizaciones internacionales como Transparencia Internacional.
El Procurador General de la República, Lic. Domínguez Brito, ha dañado la imagen del expresidente, de los funcionarios señalados y del Presidente Danilo Medina, a la vez que se descalifica para el rol estelar que la historia le había reservado.
Considero que al desestimar la querella del Dr. Guillermo Moreno, excandidato a la presidencia por Alianza País, el procurador general ha creado una tormenta en el sentimiento colectivo, al dejar establecida la negación de justicia, otro crimen de lesa patria, lo cual provoca resabios y odios, a la vez que estimula la oposición al Presidente de la República, a quien hasta ahora se le observa inerte, sin la más mínima capacidad de respuesta al vendaval dejado por los que desafiando a la opinión pública, dejan claro al país y al mundo que aquí no hay justicia capaz de enjuiciarlos.
Tendremos que esperar que un ciudadano cualquiera de otra nación, contrate un Garzón que exija en un tribunal internacional las explicaciones por el uso abusivo de los recursos de un estado indefenso, con todos los poderes secuestrados por el partido gobernante?
No hay un congreso que se levante, o por lo menos, allante al país. No hay instancias jurídicas que escuchen el clamor popular.
Finalmente, advertí al expresidente que de subordinar Leonel todas las instancias de poder al Partido de la Liberación Democrática, (Suprema Corte de Justicia, Tribunal Superior Electoral, Tribunal Constitucional, Cámara de Cuenta de la República Dominicana), para utilizarlos salvajemente contra los verdaderos y auténticos opositores, como es el caso del único Senador opositor, Amable Aristy Castro, que lo mantienen en acoso permanente, para poner un ejempo, esto crearía un vacío político en la República Dominicana.
Admiro la hidalguía de los líderes opositores tales como Guillermo Moreno, Eduardo Estrella e Hipólito Mejía, quienes se mantienen al lado del pueblo, sin retroceder frente al chantaje ni las perversidades del poder.
Presidente Danilo Medina, el pueblo conocedor de sus limitaciones y la encerrona, está con usted, cree en vuestra honorabilidad como hombre público y buen cristiano, y espera que aproveche su asistencia a la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estados y Gobiernos, reunidos en Cádiz, España, cuna de la Constitución española de 1812, conocida como la Pepa, para jurar ante el mundo que la democracia dominicana no seguirá perdiendo más calidad durante su ejercicio, y que caiga quien caiga, usted impulsará (al igual que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff) los procesos contra los corruptos.
rl
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