Barcelona (España). El presidente de Cataluña, y líder de los nacionalistas de CiU, Artur Mas, admitió que los resultados de los comicios regionales celebrados hoy no le dan la "fuerza necesaria" para liderar el "proceso", en alusión a la celebración de la consulta soberanista que planeaba.
En la sede electoral de CiU, Mas reconoció, tras perder 12 diputados en el parlamento de Cataluña, que no había logrado su objetivo de una "mayoría excepcional" que había pedido a los catalanes.
El presidente catalán destacó que CIU fue la fuerza más votada, con 50 escaños, más del doble que ERC, que quedó en segundo lugar con 21 diputados.
Dijo que asumirá como presidente de la Generalitat una "nueva fase" en la que se deberá abrir un "período de reflexión" entre las fuerzas políticas porque CIU necesitará el apoyo de otras fuerzas para la gestión gubernamental.
Los nacionalistas de centroderecha de Mas ganaron las elecciones autonómicas, pero perdieron 12 escaños y quedaron muy lejos de la mayoría absoluta de 68 diputados que buscaban, según los resultados oficiales con el 98,7 por ciento del escrutinio.
Convergencia i Unió, la coalición que lidera Mas, obtuvo 50 diputados frente a los 62 de los comicios de 2010. Este resultado les obligará a pactar con otras fuerzas al quedarse lejos de la mayoría absoluta.
Los independentistas de izquierda de ERC doblaron su presencia, con 21 escaños, y el Partido Popular, que gobierna en España, ganó un diputado en el parlamento de Cataluña en el que tendrá 19 escaños.
El Partido Socialista de Cataluña (PSC) perdió ocho escaños, al obtener 20 diputados frente a los 28 que tenía y serán la tercera fuerza parlamentaria.
La coalición de izquierda ICV-EUiA pasó de diez a 13 diputados y el partido de centro Ciutadans triplicó su presencia al subir de 3 a 9 escaños.
CiU tenía 62 escaños, en una cámara de 135 diputados, con la mayoría absoluta fijada en 68.
Su líder y presidente regional adelantó las elecciones dos años después de que el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, rechazara su propuesta para conceder a Cataluña un trato fiscal especial.
Tras adelantar las elecciones, Mas anunció su intención de abrir un proceso soberanista, con la celebración de un referéndum sobre la relación futura de Cataluña con España.
Con ese objetivo, pidió a los catalanes una mayoría "excepcional" en estas elecciones.
La participación en estas elecciones regionales alcanzó un nivel récord del 69,4 por ciento frente al 58,78 por ciento de los comicios de 2010.
En la sede electoral de CiU, Mas reconoció, tras perder 12 diputados en el parlamento de Cataluña, que no había logrado su objetivo de una "mayoría excepcional" que había pedido a los catalanes.
El presidente catalán destacó que CIU fue la fuerza más votada, con 50 escaños, más del doble que ERC, que quedó en segundo lugar con 21 diputados.
Dijo que asumirá como presidente de la Generalitat una "nueva fase" en la que se deberá abrir un "período de reflexión" entre las fuerzas políticas porque CIU necesitará el apoyo de otras fuerzas para la gestión gubernamental.
Los nacionalistas de centroderecha de Mas ganaron las elecciones autonómicas, pero perdieron 12 escaños y quedaron muy lejos de la mayoría absoluta de 68 diputados que buscaban, según los resultados oficiales con el 98,7 por ciento del escrutinio.
Convergencia i Unió, la coalición que lidera Mas, obtuvo 50 diputados frente a los 62 de los comicios de 2010. Este resultado les obligará a pactar con otras fuerzas al quedarse lejos de la mayoría absoluta.
Los independentistas de izquierda de ERC doblaron su presencia, con 21 escaños, y el Partido Popular, que gobierna en España, ganó un diputado en el parlamento de Cataluña en el que tendrá 19 escaños.
El Partido Socialista de Cataluña (PSC) perdió ocho escaños, al obtener 20 diputados frente a los 28 que tenía y serán la tercera fuerza parlamentaria.
La coalición de izquierda ICV-EUiA pasó de diez a 13 diputados y el partido de centro Ciutadans triplicó su presencia al subir de 3 a 9 escaños.
CiU tenía 62 escaños, en una cámara de 135 diputados, con la mayoría absoluta fijada en 68.
Su líder y presidente regional adelantó las elecciones dos años después de que el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, rechazara su propuesta para conceder a Cataluña un trato fiscal especial.
Tras adelantar las elecciones, Mas anunció su intención de abrir un proceso soberanista, con la celebración de un referéndum sobre la relación futura de Cataluña con España.
Con ese objetivo, pidió a los catalanes una mayoría "excepcional" en estas elecciones.
La participación en estas elecciones regionales alcanzó un nivel récord del 69,4 por ciento frente al 58,78 por ciento de los comicios de 2010.
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