El “buen ladrón” de Estado
30.11.2012, 11:10
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Fotо: EPA
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El presidente dominicano, Danilo Medina, se dirigió a su país con un discurso que invita a "mirar al futuro".
En su discurso a la nación, el presidente Danilo Medina invitó a olvidar las piedras del pasado y tomar ladrillos para construir el futuro del país, en franca alusión alegórica a las multitudes que atacan al gobierno pasado, y exigen que se le explique el origen del “cráter fiscal”, que no fue producto de bajas recaudaciones, sino de la violación de la Ley de Presupuesto, políticas sociales para adocenar la conciencia de los votantes, obras sobreevaluadas, y un relajamiento en el sistema contable del estado, para ponerlo al servicio de los candidatos del partido oficialista PLD.
Nada extraño en un país donde la política alcanza los niveles más folclóricos del continente. Si no lo creen, echen una hojeada a las labores de los congresistas dominicanos, les ponen reyes a los niños de su partido, les dan regalos de madre o matronas de sus comités de bases, los senadores tienen un “barrilito” para sus gastos sociales a “discresión”, y canastas navideñas para sus “clientes políticos”.
Jesús de Nazaret, hijo de Dios, estaba en el terrible madero de tormento entre dos ladrones, y según el Evangelio de Lucas, le dijo al buen ladrón que estaría con él en el paraíso.
Aunque ninguno de los evangelios canónicos menciona el nombre de los ladrones, en evangelios apócrifos –como el Evangelio de Nicodemo– el buen ladrón es llamado, Dimas y fue crucificado a la derecha del Sr. Jesucristo, y el mal ladrón, llamado Gestas, a la izquierda.
¿Saben ustedes cuales eran las fechorías de Dimas, el “Buen Ladrón”? Era de origen galileo y en su posada atracaba a los ricos, pero a los pobres les favorecía, sepultaba los muertos, saqueaba a la turba de judíos, robaba libros de ley en Jerusalén.
Según los evangelios apócrifos, el Protoevangelio de Santiago, José de Arimatea, en cierta ocasión este malandrín desnudó a la hija de Caifás, que era sacerdotisa del santuario, y substrajo el depósito secreto colocado por Salomón.
El presidente Danilo Medina, en su grandilocuente intervención de veintiocho minutos que parecía un discurso de campaña, desde las primeras palabras intento persuadir al auditórium de su franqueza con todos los dominicanos y sus compromisos con un gobierno ético.
No obstante, prácticamente dejo bien claro al país que no se ocuparía de explicar el desastre heredado de la administración anterior, que su mirada era hacia el futuro, con un accionar dentro de una dinámica de estado de nuevo estilo, comprometido con sacar la mayor parte de los dominicanos de la marginalidad y la pobreza crítica. Pero olvidando el pasado inmediato de los pecados de los gobiernos peledeistas.
Danilo, igual que el divino rabí de Galilea, perdona al “buen ladrón de estado”, con la diferencia que éste asaltó las arcas públicas para gastar cuarenta y cinco mil millones de pesos –según noticias divulgadas desde New York– en una reunión política electoral, las catervas de tarjetas de solidaridad que en un falso plan social se otorgaron a los sectores votantes más pobres por su voto, lógicamente monitoreado y bajo el chantaje de retirársela si no cuadraban los números electorales en sus respectivos colegios electorales.
También se realizó una cantidad impresionante de obras para cambiar el aspecto cosmético de un mal gobierno, y hasta una “banda de políticos pocos honorables” fueron neutralizados en sus respectivos partidos, por el convencimiento que producen las canonjías de estado.
Es decir, el presidente Danilo Medina, actúa con justicia, seriedad, solidaridad y agradecimiento con el “buen ladrón”, que merece seguir disfrutando del paraíso político, social y económico que en estos pueblos del tercer mundo proporciona la riqueza económica, y desde Cristóbal Colón hasta hoy es una fuente inagotable de enriquecimiento de políticos y asociados. Entonces, ¿Por qué tantos ruidos de las multitudes, y voces que hacen un coro mediático ensordecedor? A partir de hoy silencio, borrón y cuenta nueva.
Como diría un famoso lema de la Vicepresidenta de la República: Danilo, ¡Bien por ti!
ws/kg
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