Willians De Jesús Salvador
La luz de la lámpara de la
vida, no se apagó para Don Manuel De Jesús Reyes Martínez, simplemente, los
rayos de luz del alba, le arrancaron los misterios a la bruma de la noche, abriéndole
paso al amanecer de un nuevo día, que significará vida eterna para este buen
cristiano.
El panegírico
lo pronunció el Lic. Hatuey De Camps Jiménez, quien tuvo el honor de conocerle
cuando, Don Ungo Reyes, como les decían sus íntimos, tenía una
panadería en la ciudad de Santo Domingo, esto era en la postrimería de la Era de
Trujillo. A la llegada del Partido Revolucionario Dominicano, participó en
la construcción en el país de esa formación política, que llevó al
Prof. Juan Bosch y Gaviño a la primera magistratura del Estado, y a él como
primer Sindico de la Ciudad de Santo Domingo, al ganar en el año 1962,
las primeras elecciones libres y democráticas, posterior a la caída de la
dictadura que encabezaba el sátrapa de San Cristóbal, General Rafael Leónidas
Trujillo Molina.
Como Sindico de las ciudades de Santo
Domingo y Sarasota, Florida, Estados Unidos, el 28 de agosto de 1963 el
Ayuntamiento del Distrito Nacional emitió la resolución número 55, considerando
que “el acercamiento entre los pueblos de América constituye un medio eficaz
para el afianzamiento de la democracia y un positivo avance en la integración
de un auténtico clima de libertad y de concordia”.
Que
“el pueblo de Sarasota, Florida, Estados Unidos, ha dado vivas demostraciones
de simpatía y amistad hacia el pueblo de Santo Domingo, estableciéndose entre
ambas Ciudades Hermanas un feliz y cordial intercambio cultural, artístico y
económico de alto valor y de honda e imperecedera significación para la vida de
ambos pueblos”. “Considerando que el Ayuntamiento del Distrito Nacional,
interpretando el sincero deseo de este conglomerado debe sintetizar esos
sentimientos de amistad hacia la ciudad de Sarasota en hechos que en elocuencia
hablan a las generaciones futuras de su expresión de confraternidad que tanto
contribuye al triunfo definitivo del ideal de solidaridad en la común y
trascendental misión de nuestros pueblos de América”. Por tales motivos
resolvió designar con el nombre de “Ciudad de Sarasota” la que entonces se
llamaba “Avenida Bella Vista” desde 1955 cuando se inauguró el hotel “El
Embajador”. Nacía en la hoy “avenida Abraham Lincoln” (antigua “Fabré Geffrard”
y “Cordell Hull”) y moría en los alrededores de ese establecimiento. En
octubre de 1971 se inauguró con gran pompa la “Prolongación Sarasota” (actual
avenida Enriquillo).
Escudos Los alcaldes
Manuel de Jesús Reyes Martínez, de Santo Domingo, y Herschel Hayo,
de Sarasota, y el presidente del Ayuntamiento del Distrito Nacional, J. Nicanor
Pichardo, con los cuadros que contienen un escudo heráldico de la capital
dominicana y el texto de la resolución declarando a Sarasota Ciudad Hermana de
Santo Domingo. (Fuente el Periódico Hoy digital,28 de noviembre del 2009, Escrito por: ÁNGELA PEÑA)
Entre los meritos de este hombre de excepción, fue abogado de profesión,
gran empresario, político y servidor público, entre otras funciones en su
larga de existencia de 89 años.
Don Ungo Reyes,
fue embajador en la República Federal de Alemania, en el periodo 1978
hasta el año 1982, en la hermosa y apacible ciudad de Bonn. Funciones que desempeñó
con dignidad y decoro. Su foto forma parte de la galería de ex embajadores que
se exhibe en su flamante cede en la cosmopolita ciudad de Berlín, próximo a Potsdamer Platz, donde me correspondió el honor de trasladar la embajada
dominicana, en el año 2002.
El Lic. Hatuey De
Camps, empinado sobre el dolor que significa despedir a un amigo, con
elocuencia y voz entre cortada, habló de su hoja de vida pública,
testificó sus grandes aportes para mantener el PRD, post el golpe
septembrino del año 1963 e inclusive durante los aciagos días del exilio del
Profesor Juan Bosch, cuando residía en Benidorn, España.
Abogado de
excelente ejercicio profesional, empresario exitoso, funcionario público
pulcro, y excepcional padre de familia, ha terminado su existencia en la ciudad
de Santiago de los Caballeros, y tal como expresó su hijo, quien es de la Congregación
Testigos de Jehová, "Porque el salario que el pecado paga es la muerte,
pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro señor”. Romanos
6: 23. Este gran ser humano, quien deja sus huellas indelebles en la historia
como buen ciudadano y hombre de fe cristiana, sus familiares tienen la
esperanza del reencuentro prometido en la resurrección.
Que Dios Todopoderoso, de las fuerzas suficientes a sus
familiares, a su esposa Zeneida, y sus hijos, Ramón, Anny, Rafael, Socorro,
Manuel, Glorimar y Elisandra.
Paz a sus restos.
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