La Voz del Obispado Dominicano Dr. Willians De Jesús Salvador Sabádo 11.02.2012 La iglesia católica habla a través de sus obispos, sus mensajes espirituales de profundos contenidos teocráticos, también desde el famoso sermón de adviento de Fray Antón de Montesino, ha sido una voz para que se respeten los derechos inherentes del pueblo. La voz del Obispado nacional siempre ha sido responsable, sin más compromiso que la lucha permanente en beneficio de la civilidad, el desarrollo y la predica constante de las buenas nuevas, que es un mandato bíblico, contenido en Mateo, 24:14, es una de las misiones más importantes que Jesús encomendó a sus apóstoles. La conferencia del episcopado dominicano, abogo porque en nuestro país se celebren elecciones justas y transparentes. El mensaje es apropósito de la mayor de las efemérides patrias, la Independencia Dominicana, solicita la aprobación de una ley que regule campaña electoral, una ley de partidos. Además, que todos los sectores pongan la mirada en el fortalecimiento de la democracia y que se  corte de cuajo con las prácticas corruptas del enriquecimiento ilícito a través del ejercicio del quehacer político. Exhorta así mismo que todos los candidatos tengan igualdad de capacidad e igualdad en la competencia electoral, a la vez que señala que el uso de dinero es sucio e ilegal. Este mensaje que es la voz de Dios y la patria misma, se levanta contra la violencia, señalan que se trabaje urgentemente para que reine la paz y la fraternidad. Sobre el narcotráfico, le llama epidemia y pide que el estado juegue su rol combatiéndolo desde la familia, la escuela y las esferas del poder. La corrupción de estado, clama para que la sociedad lo repulse y combata, haciendo conciencia nacional de este flagelo perverso y dañino para la salud de las presentes y futuras generaciones. La Conferencia del Episcopado Dominica,  clama para que se levanten la honradez, el trabajo, la honestidad, el sentido de justicia, el respeto a la propiedad privada y al derecho ajeno legítimamente adquirido, el valor del diálogo ciudadano, la equidad, la justicia social y el bien común” Nuestro próximo articulo versara sobre los gobiernos y la iglesia, a propósito de los desmanes cometidos por los personeros del Régimen de Trujillo en su ocaso, hoy perdura en mi memoria el fuego de la Ermita de San Francisco de Macorís, como recuerdo imborrable de los últimos zarpazos de la Tiranía.