Por WILLIAMS DE JESUS SALVADOR
El 21 de enero de 2013 el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) cumplió setenta y cuatro años de fundado en el Cano, La Habana, Cuba, por un grupo de prohombres que allende de los mares, concibieron un proyecto de liberación del pueblo dominicano, que estaba sometido a la dictadura más terrible de toda América latina.
El 5 de julio del 1961, con su llegada al país, tras el tiranicidio del General Trujillo, se inicia la etapa del partidismo moderno de la República Dominicana. El pueblo dominicano cerró filas con él, y por encima de todas las improntas políticas que las circunstancias imponían con los remanentes del depuesto régimen , que se resistían a ceder el poder, el pueblo se empoderó de este instrumento democrático, dándole la primera victoria electoral el 20 de diciembre del año 1962, iniciándose de este modo la primera ola democrática dominicana del siglo pasado.
En el año 1980, de regreso a San Francisco de Macorís graduado de médico, recibí la invitación para almorzar con el Profesor Juan Bosch; asistí acompañando al Dr. Angel María Gatón, prestigioso cirujano. El encuentro fue en La Güira, yo estaba sentado a dos sillas del invitado de honor, el ilustre cuentista y político y ex presidente de la República, Bosch Gaviño. Una de las preguntas que le formularon fue: ¿Cuál usted cree que fue la causa fundamental para deponerle del poder con un golpe de estado?. Contestó, con voz suave, melodiosa y pausada: "La oligarquía, la alta burguesía, los jefotes militares y parte del clero, no están preparados en este país para vivir en democracia, porque tienen la falsa impresión que pierden poder, y es todo lo contrario, en democracia todos somos más fuertes".
En ese momento hizo una inflexión, se llevó el índice derecho a la mejilla y el dedo mayor apoyando el mentón, y prosiguió: "Inclusive, yo encontré resistencia a la instalación plena, hasta dentro de muchos de los principales compañeros del PRD, porque hay personas que militan en un partido democrático sin conciencia del significado y aplicación de la democracia como dogma de vida, que no es solo libertad, sino también sujeción a reglas igualitarias, porque si hay ventajismo de un lado u otro, no es democracia".
Debo confesar que lucía melancólico hasta que habló del PRD, hizo comentarios sobre su ruptura con el partido y utilizó términos de desafectos que aun recuerdo por los lacerantes que resultaban. Saben lo que dijo el Profesor Bosch?: “El PRD es un antro de cobras amaestradas, donde cada boa solo le importa su ración.”
El PRD, es un partido poli-clasista, como todos los de masas, por lo que a lo interno militan diferentes sectores sociales y culturales, en el juego del poder interno. Siempre los sectores populares constituyeron el motor fundamental de la organización, y sus primeros lideres eran ilustrados, intelectuales de fuste, pequeños burgueses liberales, y aunque tuvo altos dirigentes pertenecientes a la alta oligarquía como Don Antonio Guzmán Fernández, José Antonio Najri, entre otros, éstos se sintonizaban con el sentir popular y se comportaban como uno más de las bases populares del partido.
El Dr. José Francisco Peña Gómez constituye la representación más extraordinaria de los sectores populares del pueblo dominicano. Intelectual, políglota, abogado de profesión y aunque, como él decía en sus grandilocuentes discursos, había pisado las alfombras de los principales palacios de Europa y el mundo, su corazón, como el de Oscar Lafontaine, seguía latiendo a la izquierda, y cada sístole y diástole, era impulsado desde las entrañas mismas del pueblo dominicano.
Este 74º Aniversario nos sorprende dividido una vez más, en medio de una miseria enorme del debate ideológico interno, donde los temas son quién o quiénes traicionaron al candidato presidencial, el cuestionamiento mal sano de un sector gubernamental al presidente del partido sobre el origen de dinero para su campaña del 2008, ningún organismo del Partido levantó la voz para rechazar este infundio. El Presidente del Partido es un hombre que se ha ganado un lugar en la sociedad dominicana, por su trabajo y su talento.
El partido no puede seguir enclaustrado, realizando juicios sumarios a dirigentes que han dedicado los mejores años de su existencia al fortalecimiento del partido, expulsando hombres como al Ing. Hipólito Mejía, cuyo liderazgo hoy por hoy, no lo superan la sumatoria de todos sus contrarios. Igual respeto me infunden Orlando Jorge Mera, Geanilda Vásquez, y Andrés Bautista.
Mientras persisten las descalificaciones entre los principales dirigentes del partido, existe un ausentismo de una política opositora, solo interesa empujar el calendario para la celebración de la próxima convención nacional. Parece que olvidan al crono-biólogo, Diego Golombek, quien apunta: “Hay una estimación subjetiva del tiempo que depende de ciertos ‘relojes’ cerebrales. Pero esa percepción está moldeada por el entorno, la emocionalidad y la cantidad de información que el cerebro está procesando”, mientras la realidad galopa a paso lento, porque hasta que no se produzca un acercamiento de las partes y lleguen a un consenso, no habrá cronometro que funcione en la carrera por la renovación del poder político interno.
Compañeros del PRD, no es justa toda esa diatriba, mientras contemplamos impávidos cómo le clavaron al pueblo una reforma fiscal, sobreseyeron el déficit fiscal del año 2012 y el Congreso Nacional convertido en una fábrica de bonos, para amortizar el déficit presupuestario, pagar las deudas internas y externas. Así como el tiempo ha convertido al PRD en una institución septuagenaria y pico, el tiempo devora las clases populares, el pueblo tiene urgencia que el poder mediático no se hace eco.
La crisis del PRD favorece al partido gobernante, quien concentra todo el poder político y de estado, hasta el de dividirnos siendo compañeros y hermanos comprometidos con el mismo ideal socialdemócrata.
En este triste aniversario, alejado del poder, escindido y con el corazón partido, levanto mi voz citadina perredeista, que no se prosterna al poder del contrario, que no hay nada capaz de conducirla al mutismo cómplice, para callar la tragedia que vive la sociedad dominicana, para pedirle a los “barones del partido”, que por la memoria imperecedera del Dr. Peña Gómez, y la sangre derramada en este largo discurrir de casi tres cuarto de siglo, depongan actitudes y tiendan un puente de plata, donde se produzca un reencuentro con la institucionalidad.
Recuerden que este partido es como un rio caudaloso que nace en las montañas, en las entrañas mismas del pueblo dominicano, y baja laderas abajo lleno de bríos, y sus bases jamás permitirán que nadie lo represe para convertirlo en una laguna inmóvil, porque el PRD desde su nacimiento no cabe en las manos de un solo hombre, no cupo ni en las manos de su fundador el Prof. Juan Bosch y Gaviño.
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