El presidente Barack Obama afirmó ayer que una reforma migratoria integral está al alcance en Estados Unidos, al presentar un plan que abre una vía hacia la obtención de la ciudadanía para los más de once millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
"La pregunta ahora es simple: ¿tenemos la determinación como pueblo, como país, como gobierno, para finalmente alcanzar una solución a este tema? Yo creo que sí", dijo Obama durante un discurso ayer en Las Vegas, Nevada (oeste).
"Llegó el momento", repitió varias veces Obama, en medio de calurosos aplausos en una escuela en Las Vegas, donde habló por menos de media hora.
Obama saludó como "alentador" un acuerdo marco anunciado el lunes por un grupo de ocho senadores demócratas y republicanos para avanzar en el tema, pero advirtió que si el Congreso no se pone de acuerdo al respecto enviará un proyecto de ley para que sea votado de inmediato por el Legislativo.
"En este momento, parece que hay un genuino deseo de solucionar pronto el problema. Y eso es muy alentador", dijo.
"Estamos finalmente en un momento en que una reforma migratoria integral está a nuestro alcance", señaló el mandatario, que incluyó en su plan la vía hacia la ciudadanía de los indocumentados una vez que cumplan ciertos requisitos, como pagar impuestos y multas y aprender inglés.
Asimismo, prevé reforzar la frontera con México (aunque según Obama ya es más segura que nunca), mayores restricciones a las empresas para contratar indocumentados y más visas para estudiantes de excelente desempeño.
Obama, quien prometió al comenzar la semana pasada su segundo mandato trabajar por esta reforma, predijo que el debate sobre este espinoso tema se volverá "más emotivo" y agitado a medida de que se avance hacia un acuerdo.
"Este no es un debate solamente sobre políticas, es sobre personas, hombres y mujeres, jóvenes", dijo Obama, al ejemplificar con el caso de Alan Alemán, un joven mexicano que ingresó sin papeles al país a temprana a edad, y gracias a una medida de su gobierno para diferir su deportación, asiste a la universidad.
La oposición de los conservadores a una reforma migratoria parece haberse diluido un poco en las últimas semanas, tras las elecciones de noviembre, cuando Obama recibió un 71% del voto hispano, frente a su adversario Mitt Romney, que abogaba por una "autoexpulsión" de los inmigrantes sin papeles.
Optimismo prudente tras discurso
Una de las principales diferencias entre la propuesta de Obama y la de los ocho senadores es que estos últimos supeditan la concesión de la ciudadanía a los indocumentados al reforzamiento de la seguridad en la frontera, un punto de honor para los republicanos.
Una de las principales diferencias entre la propuesta de Obama y la de los ocho senadores es que estos últimos supeditan la concesión de la ciudadanía a los indocumentados al reforzamiento de la seguridad en la frontera, un punto de honor para los republicanos.
"Tenemos que estar de acuerdo en que la seguridad fronteriza y hacer cumplir las leyes es de particular importancia para garantizar que no repitamos los errores de la reforma migratoria de 1986", tras la cual siguieron llegando indocumentados al país, dijo el senador republicano John McCain, uno de los integrantes del grupo, en una primera reacción al discurso de Obama.
McCain dijo sentirse "cautamente optimista" de poder "encontrar un terreno común". El Senado comenzará a considerar la reforma migratoria con una primera audiencia el 13 de febrero.
Pero otros miembros republicanos del grupo, Marco Rubio y Jeff Flake, lamentaron que Obama no fuera más enfático en la seguridad fronteriza y en la necesidad de un programa de trabajadores temporales, lo que mostraría que un acuerdo sigue esquivo.
"Me preocupa la negativa del presidente a aceptar ciertos requisitos en materia de cumplimiento de las leyes antes de que los inmigrantes indocumentados puedan aplicar a la residencia permanente", dijo Rubio, figura clave en las negociaciones por su origen hispano y su cercanía con los conservadores.
Numerosos legisladores republicanos, que dominan la Cámara de Representantes, aún ven con malos ojos cualquier "amnistía" que beneficie a los indocumentados.
En paralelo, Rubio y otros senadores introdujeron este martes un proyecto de ley para ampliar las visas a trabajadores extranjeros especializados.
"Nos congratulamos de que líderes políticos de ambos partidos finalmente escuchen el pedido de los estadounidenses" por una reforma, dijo el director del Foro Nacional de Inmigración, Ali Noorani, en una reacción tibia al discurso.
De igual forma fueron recibidas las palabras de Obama por miles de inmigrantes y grupos que los defienden, que esperaban más del presidente, aunque saludaron que al menos el debate haya comenzado.
"Yo esperaba mas detalles. Fue bastante ambiguo. Habló de un reforzamiento de la frontera inteligente, pero no sabemos qué quiere decir", dijo Angela Sambrano, presidenta del Centro de Recursos Centroamericanos, en el centro de Los Angeles, donde varias organizaciones se reunieron.