Presidente Dr. Leonel Fernández Reyna CUMBRE DE RIO G 20 |
Por Willians De Jesús Salvador
El Presidente dominicano Dr. Leonel Fernández Reyna, el 21 de
junio del 2012, planteó en La Conferencia de la ONU
sobre Desarrollo Sostenible "Río + 20", la necesidad de un cambio de modelo
de desarrollo que
ponga a los seres humanos en capacidad de producir riqueza en un entorno de
equidad, justicia, dignidad y una cultura de respeto y valoración del planeta
Tierra. La noticia no
encontró eco en la prensa internacional, si en los periódicos dominicanos, alcanzando
titular de primera plana en algunos de ellos.
Expresó el mandatario, “la comunidad internacional debe adoptar
políticas solidarias basadas en el concepto de "responsabilidad común,
pero diferenciada" y que ellas serán la única forma de encontrar una
solución a los desafíos del desarrollo.” A la vez que subrayó, que
el mundo sufre de una gran crisis de liderazgo, matizada por las imposiciones
de los grandes intereses del sector financiero global.
Debemos definir, que es un modelo de desarrollo, para la
mejor comprensión del tema. Modelo, es un vocablo que proviene del italiano,
modello, que hace referencia al arquetipo o punto de referencia para su
imitación o reproducción.
La palabra desarrollo, consiste en acrecentar o incrementar a
algo de orden físico, intelectual o moral. Si el concepto se aplica a una
realidad humana, entonces, se refiere al progreso, económico, político y
social.
Se ha tenido como una aspiración de los organismos
internacionales, sobre todo la ONU el establecimiento de un Modelo Universal de
Desarrollo que disminuya la asimetría social, económica y política de los
pueblos del mundo.
El asunto estriba en que el desarrollo sostenido de los
pueblos va de la mano con realidades concretas, que les son intrínsecas, y que tienen sus fundamentos en la complejidad
sociológica propia de las razones históricas de las naciones. El problema es
multifactorial y está en relación directa con la situación étnica, geográfica, política, económica, social, educativa e
histórica.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
ha establecido un índice de desarrollo, compuesto por parámetros como son larga
vida y saludable, la educación y el nivel de vida de una existencia digna.
La elaboración de políticas públicas, conciencia de la clase
gobernante, responsabilidad de la clase política, partidos políticos y sociedad
civil, serán pilares fundamentales para que cada sociedad, pueblo alcance su
nivel de desarrollo integral, en la que la inviolabilidad de la vida, el
respecto a la dignidad humana, el derecho a la educación, a la salud y a un
trabajo con salario justo, son elementos
fundamentales que los gobernantes deben procurar para sus pueblos.
No sería ocioso, preguntarle al Presidente Fernández, quien
tiene doce años al frente de la cosa pública en nuestro país, si se ha
trabajado para crear la conciencia colectiva
desde el estado, para lograr estas metas de carácter humano en la
República Dominicana.
Los funcionarios públicos, Senadores, Diputados, Alcaldes,
Concejales y los hombres del gabinete, tienen los niveles de conciencia
suficiente para trabajar cada quien desde sus respectivas responsabilidades
para el forjamiento de una sociedad fundamentada en los valores éticos, que
sirvan de ejemplo a la ciudadanía, como apostolado de sacrificio para lograr
las metas que en grandes líneas, su excelencia trazó en Río+20- La Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible?
Soy de los dominicanos, que por encima de la miseria de nuestro
desarrollo político, basta con echar una ojeada al debate pre-electoral,
electoral y post-electoral, me inscribo en el discurso esperanzador de que
tenemos la necesidad de revisar nuestro plan de desarrollo nacional, separar como decía, François Mitterrand,
el Grano de la Paja. Nuestra misión
efímera en la tierra debe ser intentar que los dominicanos alcancen un estado
de bienestar del cual han estado excluidos, y ahora en pleno siglo XX1, nos
parece retroceder en terrenos ganados como pueblo, por ejemplo, es un hecho
incontrovertible, hemos perdido calidad
democrática, hemos perdido los niveles de seguridad ciudadana, tenemos un medioambiente más degradado,
violencia familiar y contaminados los estamentos donde se
construye el monumento de la democracia, por la voracidad del laborantismo
político partidista, producto de la inexistencia de una ley de partidos
políticos, elemento fundamental en cualquier sociedad moderna.
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