Por: Ramón Antonio Negro Veras
1.-
Se cumplen veinticuatro (24) meses –dos años-, de la tentativa de asesinato
contra mi hijo José Jordi Veras R., y para mí parece que el hecho ocurrió ayer.
2.-
Mantengo vivo en mi memoria la fatídica mañana del día 2 de junio de 2010,
cuando recibí la infausta noticia de que Jordi, había sido objeto de un
atentado al momento que llegaba al local del canal de televisión donde laboraba
formando parte de un equipo de comunicadores y periodistas.
3.-
El impacto de la noticia de la acción criminal contra Jordi, me llenó de pena e
indignación, porque sabía, desde el mismo instante que fui informado del hecho
criminal, que había sido la respuesta de un consuetudinario asesino, por Jordi
defender honesta y responsablemente a Miguelina Llaverías, frente a quien había
pagado, anteriormente, para que también fuera asesinada.
4.-
Es posible que en el país algún padre de familia ha sufrido, en estos últimos
dos años, igual, pero no más que yo. El atentado contra mi hijo Jordi, ha
cambiado por completo mi vida y la de mi familia.
5.- En
nombre de que la acción criminal contra Jordi, no quede impune, y el honor y
consideración de mi familia no sea burlado, he tenido que cambiar mí forma de
vida, se ha trastornado mi salud, y he tenido que soportar hasta perversidades
de aquellos que no aceptan la trayectoria de una vida no ligada a cosas
injustas ni sucias.
6.-
Aunque ya se han cumplido dos años de la tentativa de asesinato contra Jordi,
todavía el caso se mantiene en la fase de instrucción, aunque debo reconocer
que la lentitud no ha sido por indiferencia del Servicio Judicial, sino por
tecnicismo legales de los cuales se aprovechan los delincuentes, y en especial
el crimen organizado.
7.-
Mí estado anímico no está preparado para soportar la burla al sistema judicial,
a mi familia y a la parte sana de la sociedad dominicana, pero sé que no puedo
desesperarme, abatirme ni abandonar el escenario. Mí deber como padre de Jordi,
es seguir adelante hasta el final, y pagar hasta con mi vida, de ser necesario,
el precio de que se haga justicia contra todos los que se organizaron para
matar a Jordi.
8.-
Para mantenerme firme en el Caso de Jordi cuento con el calor solidario de los
mejores hombres y mujeres del país, con las pruebas para que se dicte una
sentencia ajustada a la ley y el derecho, y con el convencimiento de que aunque
desaparezca físicamente en el curso del proceso, mi familia y amigos y amigas
leales, darán continuación al caso hasta que concluya, para que sirva de
ejemplo, y el sicariato sepa que no tiene espacio en el país.
Santiago de los Caballeros
1 de junio de 2012
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