8.02.2013, 11:20
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Foto: Flickr.com/nathangibbs/cc-by-nc-sa 3.0
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Existe la necesidad impostergable de que EEUU se reencuentre con América Latina para responder a los retos del nuevo orden mundial, en el que las diferentes regiones del mundo fraguan sus fortalezas sobre las bases de sus identidades intrínsecas, étnicas, políticas, culturales, comerciales, religiosas e históricas.
América Latina es una región que avanza, su crecimiento sostenido así lo avala; ha sido promisorio el estirón que en la última década ha dado con Brasil a la cabeza.
El mundo avanza hacia la polarización de los bloques, en tal virtud, observamos la consolidación del eje asiático, con China continental a la cabeza, que vuelve a ocupar su lugar imperial dentro del poder global. La India avanza por los senderos del mercado global. Japón continúa en una etapa de franca recuperación, tras la impronta del terremoto.
Renovados esfuerzos diplomáticos tendrá que realizar el presidenteObama para lograr una mejoría en las relaciones con China, por lo que representa este país asiático en el marco del comercio global y el equilibrio mundial. No tenemos dudas de que el ex senador político demócrata y secretario de estado, John Forbes Kerry, logrará consolidar estas importantes relaciones.
La Federación Rusa avanza a pasos agigantados en todos los órdenes, tanto el industrial como el tecnológico, a la vez que tiene una activa y dinámica política exterior, que dista de la implementada por la antigua URSS, donde primaban los aspectos ideológicos. Esta política se fundamenta en el intercambio comercial y la solidaridad internacional con todos los pueblos del mundo.
Son notables los avances en su industria pesada, y sobre todo la industria militar, innovada con tecnología de punta. Esta superpotencia energética ha retomado una exitosa carrera hacia la modernidad, construyendo paso a paso una democracia cada vez más firme y plural.
La UE se convierte en el eje de mayor trascendencia en función de lograr encapsular dentro del marco de políticas comunes a veintiocho países, cuya sumatoria significa un mercado superior a los quinientos millones de habitantes.
En la primera Cumbre de las Américas, celebrada en la ciudad del sol, Miami, en el año 1994 se concibió el ALCA (Área de Libre Comercio de Las Américas) como alianza continental para fraguar la unidad del continente americano en un mercado común, y hasta la fecha ha logrado de manera parcial los objetivos de integración, pero sus alcances son limitados al mercado, ya que debido a la asimetría en el desarrollo industrial existente entre los países del área, existen regiones de baja capacidad competitiva.
Expertos en política exterior norteamericana han señalado que América Latina no se percibe como una de las prioridades del presidente Barack Obama, aunque impulse la reforma migratoria, una asignatura pendiente de su primer cuatrenio. No hay dudas que esta reforma pasará, porque los republicanos cederán en aras de cambiar su imagen en el mercado electoral hispano, que en las últimas elecciones ha representado un factor determinante para la victoria de los demócratas.
Estamos conscientes de que tendrá que manejar urgencias diplomáticas como Irán, Siria, Corea del Norte, los conflictos entre Israel y Palestina, Afganistán y el diseño de políticas hacia los países árabes y africanos que no encuentran la ruta de la convivencia pacífica, así como alejar la amenaza de un invierno nuclear para la humanidad.
La UE siempre es un tema de permanente y especial atención para EEUU, por el contrapeso que significa su presencia en el marco de los organismos internacionales, como la ONU, la OTAN y otros.
Sin embargo, la clave para que EEUU logré la fortaleza continental está en la capacidad de convivencia diplomática desde el respeto a la diversidad política de la región, fortaleciendo las relaciones bilaterales y definiendo una política en bloque continental. En este esfuerzo diplomático debe profundizar sus acciones conjuntas en el campo diplomático con Canadá, cuyo peso especifico en todos los órdenes internacionales hace que no se le pueda soslayar a la hora de concebir América como un eje único.
Escuché en CNN USA Directo, programa que dirige el prestigioso periodista y comunicador Juan Carlos López, una entrevista con el ex gobernador de Nuevo México, Bill Richarson, que me impresionó, donde exponía su visión sobre América Latina, y los vientos que deben soplar desde el norte, proponiendo el inicio de la buena convivencia con una apertura entre las relaciones de EEUU y Cuba.
El presidente Barack Obama deberá examinar las relaciones con un conjunto de países gobernados por presidentes con tendencias hacia la izquierda autodefinidos en el marco del socialismo del Siglo XXI. Muchos de ellos tienen importancia como socios estratégicos en las vertientes comercial y geopolítica.
Si se redefinen las relaciones diplomáticas entre EEUU y América Latina, y se elabora un código de políticas comunes, fundamentadas en el respeto a la soberanía y autodeterminació n de los pueblos, podrán afrontarse los retos que tenemos por delante como son disminuir la brecha de los niveles de riqueza y pobreza, la preservación del planeta, la lucha contra el terrorismo, el combate al narcotráfico, el armamentismo domestico, la mejora de la calidad de la educación y la salud; hacer asequibles las políticas de bienestar a todos los niveles sociales; la implementación de industrias gemelas en las áreas más deprimidas de la región para estimular el empleo, lo cual traerá consigo una disminución sustancial de la emigración en todas sus vertientes.
Presidente Barack Obama: Mirad hacia el continente americano, ha llegado la hora de que América se reencuentre con América.
ws/kg
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