El nuevo contrato social en la República Dominicana
Por: Willians De Jesús Salvador
Santiago de los Caballeros,
R.D.- La política, ha perdido su categoría de ciencia en la República
Dominicana. Los políticos del siglo XX1, se han encargado de la degradación de
esta noble actividad, cuya finalidad puede ser vista en dos grandes
perspectivas: Como ciencias políticas, que se encarga de estudiar el
comportamiento político del hombre desde la antigüedad hasta nuestros días o
analizada como ciencia política, la cual tiene su origen en la” corriente
conductista”, que estudia a los políticos y los ciudadanos,
científicamente.
La política tiene como finalidad estudiar el poder y las relaciones del conglomerado humano que lo ejerce. La politología, se encarga de estudiar las relaciones de poder existente entre un conjunto social, no importa sus dimensiones, que pueden ser desde locales hasta universales.
Nos encontramos en esta segunda década de este siglo, con un deterioro en el sistema político nacional, la degradación de la democracia, producto de la prostitución del sistema electoral, la compra de conciencia a todos los niveles, desde el más sagrado en la sociedad, el periodismo hasta el ultimo eslabón, el hombre y mujer, que votan no por el bienestar de la patria, sino, por una migaja social del partido gobernante.
El poder, es un actor social pertrechado desde una posición del estado, que tiene la necesidad de conciliar o enfrentar, a todos aquellos, que en la lucha de intereses que le adversen, por cualquiera de los medios propios de la disputa pública. Se supone que en las democracias estas disputas, tienen como actores a los partidos políticos y sus líderes. Pueden interactuar de manera separada expresiones de la sociedad organizada como son los sindicatos, grupos religiosos, asociaciones de diferentes naturalezas de la sociedad civil.
Porque hacemos estas reflexiones, en el epilogo de un gobierno, que será sucedido por otro de un mismo partido, no necesariamente igual, dentro de pocos días.
Se han levando voces facciosas partidarias, que de manera inusual en política, se han ofrecido para firmar un pacto con el nuevo gobierno, cuando debió ser todo lo contrario que el nuevo jefe de estado, consciente de la necesidad del consenso nacional, llamara a todas las fuerzas sociales a un nuevo pacto cívico y un nuevo contrato social, para la gobernabilidad.
Hay que admitir con profunda tristeza, que las elecciones recién finalizadas, fueron traumáticas, atropellantes, por el uso abusivo de los recursos del estado, además de lo degradante del debate electoral del partido gobernante y sus aliados, se dirigió en dos caminos, el más corto, dividir al PRD, logrando pasar a sus filas unos cuantos y el silencio cómplice de otros, que no se integraron, si tenían diferencias con el candidato, pero, tenían la responsabilidad irrenunciable por honor a las posiciones de dirección en el partido, asumir con presteza, responsabilidad y honestidad los trabajos propios de sus investiduras.
El otro camino, no fue mostrar una mejor oferta electoral, para salir de la situación imperante en el país, como la criminalidad, la corrupción de estado, la falta de inversión en educación, salud, disminuir la tasa de desempleo, activación de la microeconomía, como vena financiera nutricia de los sectores populares, porque, ya alguien dijo, que “el pueblo no come macroeconomía”. Parece cómico, pero tiene sus razones tangibles, de la macroeconomía se benefician los organismos internacionales, porque no hay atrasos en el pago de las deudas, los grandes monopolios como la comunicación, empresas petroleras porque hay que comprar combustibles todos los días, la banca nacional e internacional, porque esas transacciones son papeles financieros que circulan entre ellos, y al pueblo solo llega la carga final, el pago de los impuestos de manera abusiva, más de un 30 % una tarjetita de llamada, y un cargo semanal al %, sobre los precios de los combustibles, que es la base fundamental de la producción nacional. Amen, de una Tarifa eléctrica que se ubica entre las más caras y deficiente del continente.
El mayor partido político de la oposición esta tuche, escindido de manera real, existe un interregno, porque el Presidente del PRD, ha sido ilegitimado por las bases, que son los dueños del partido, que aunque el haga pantomima con una reducida corte de dirigentes a su lado, con la ausencia de la artillería pesada institucional, Secretario General, Secretario de Organización, Presidente en Funciones, los varones y mujeres del partido.
Entonces, no hay calidad para llamar a firmar pacto en nombre de nadie, usted es el presidente del PRD de un tribunal espurio, que la sociedad entiende que está formado por políticos parciales, que como parte de la compensación al “Silencio”, han pagado con monedas falsas, obviamente se trata de transacciones entre iguales.
Como el pueblo dominicano esta privado de representatividad legitima, por egoísmo, miseria política y falsías de los jefes del PRD, que debe ser el principal aparato opositor, la sociedad no merece, seguir sin un nuevo ordenamiento por los degradantes acontecimientos en el debate político nacional. Le urge al PRD, hacer la catarsis, de la que habla Aristóteles, la purificación emocional, corporal, mental, espiritual y del alma de los hombres para dirigir a sus semejantes. Romper el paralelismo de vocería en la Cámara de Diputados.
Es urgente parar el derrotero, que nos lleva como caña para el ingenio, existe la necesidad de un nuevo pacto cívico y un renovado contrato social, a la luz de los conflictos que agobian a la sociedad, y estamos completamente seguro que es una tarea, en la que las nuevas autoridades necesitan del colectivo nacional, obviamente, inspirado en los más altos valores éticos y cívicos, para superar los retos, que todos tenemos como sociedad, la corrupción, la criminalidad, la delincuencia, los feminicidios, la inseguridad ciudadana, y auspiciar un estado de bienestar.
En filosofía política, ciencia política y sociología, el contrato social es un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos. Jean-Jacques Rousseau, formuló que los seres humanos para vivir en sociedad, acuerdan un contrato social implícito.
Por suertes, la Republica Dominicana, cuenta con referentes sociales creíbles, hay personas físicas e institucionales, por ejemplo, el Dr. Ramón Veras (Negro), Dr. Príamo Rodríguez, Miguel Franjul, Persio Maldonado, Huchi Lora, Nuria Piera, Alicia Ortega, Alvarito Alvelo Hijo, Mons. Nicolás Cardenal López Rodríguez, Ysócrates Peña Reyes, Radhamés Gómez Pepín, José Israel cuello, Federico Henríquez Gratereaux y otros líderes de opinión, que no tienen vinculación partidaria y las asociaciones profesionales, empresariales, de desarrollo y sindicatos. Estos son la verdadera voz del pueblo. Voces no interesadas. Independientes al servicio del desarrollo, el progreso nacional y la cohesión social del pueblo dominicano.
La política tiene como finalidad estudiar el poder y las relaciones del conglomerado humano que lo ejerce. La politología, se encarga de estudiar las relaciones de poder existente entre un conjunto social, no importa sus dimensiones, que pueden ser desde locales hasta universales.
Nos encontramos en esta segunda década de este siglo, con un deterioro en el sistema político nacional, la degradación de la democracia, producto de la prostitución del sistema electoral, la compra de conciencia a todos los niveles, desde el más sagrado en la sociedad, el periodismo hasta el ultimo eslabón, el hombre y mujer, que votan no por el bienestar de la patria, sino, por una migaja social del partido gobernante.
El poder, es un actor social pertrechado desde una posición del estado, que tiene la necesidad de conciliar o enfrentar, a todos aquellos, que en la lucha de intereses que le adversen, por cualquiera de los medios propios de la disputa pública. Se supone que en las democracias estas disputas, tienen como actores a los partidos políticos y sus líderes. Pueden interactuar de manera separada expresiones de la sociedad organizada como son los sindicatos, grupos religiosos, asociaciones de diferentes naturalezas de la sociedad civil.
Porque hacemos estas reflexiones, en el epilogo de un gobierno, que será sucedido por otro de un mismo partido, no necesariamente igual, dentro de pocos días.
Se han levando voces facciosas partidarias, que de manera inusual en política, se han ofrecido para firmar un pacto con el nuevo gobierno, cuando debió ser todo lo contrario que el nuevo jefe de estado, consciente de la necesidad del consenso nacional, llamara a todas las fuerzas sociales a un nuevo pacto cívico y un nuevo contrato social, para la gobernabilidad.
Hay que admitir con profunda tristeza, que las elecciones recién finalizadas, fueron traumáticas, atropellantes, por el uso abusivo de los recursos del estado, además de lo degradante del debate electoral del partido gobernante y sus aliados, se dirigió en dos caminos, el más corto, dividir al PRD, logrando pasar a sus filas unos cuantos y el silencio cómplice de otros, que no se integraron, si tenían diferencias con el candidato, pero, tenían la responsabilidad irrenunciable por honor a las posiciones de dirección en el partido, asumir con presteza, responsabilidad y honestidad los trabajos propios de sus investiduras.
El otro camino, no fue mostrar una mejor oferta electoral, para salir de la situación imperante en el país, como la criminalidad, la corrupción de estado, la falta de inversión en educación, salud, disminuir la tasa de desempleo, activación de la microeconomía, como vena financiera nutricia de los sectores populares, porque, ya alguien dijo, que “el pueblo no come macroeconomía”. Parece cómico, pero tiene sus razones tangibles, de la macroeconomía se benefician los organismos internacionales, porque no hay atrasos en el pago de las deudas, los grandes monopolios como la comunicación, empresas petroleras porque hay que comprar combustibles todos los días, la banca nacional e internacional, porque esas transacciones son papeles financieros que circulan entre ellos, y al pueblo solo llega la carga final, el pago de los impuestos de manera abusiva, más de un 30 % una tarjetita de llamada, y un cargo semanal al %, sobre los precios de los combustibles, que es la base fundamental de la producción nacional. Amen, de una Tarifa eléctrica que se ubica entre las más caras y deficiente del continente.
El mayor partido político de la oposición esta tuche, escindido de manera real, existe un interregno, porque el Presidente del PRD, ha sido ilegitimado por las bases, que son los dueños del partido, que aunque el haga pantomima con una reducida corte de dirigentes a su lado, con la ausencia de la artillería pesada institucional, Secretario General, Secretario de Organización, Presidente en Funciones, los varones y mujeres del partido.
Entonces, no hay calidad para llamar a firmar pacto en nombre de nadie, usted es el presidente del PRD de un tribunal espurio, que la sociedad entiende que está formado por políticos parciales, que como parte de la compensación al “Silencio”, han pagado con monedas falsas, obviamente se trata de transacciones entre iguales.
Como el pueblo dominicano esta privado de representatividad legitima, por egoísmo, miseria política y falsías de los jefes del PRD, que debe ser el principal aparato opositor, la sociedad no merece, seguir sin un nuevo ordenamiento por los degradantes acontecimientos en el debate político nacional. Le urge al PRD, hacer la catarsis, de la que habla Aristóteles, la purificación emocional, corporal, mental, espiritual y del alma de los hombres para dirigir a sus semejantes. Romper el paralelismo de vocería en la Cámara de Diputados.
Es urgente parar el derrotero, que nos lleva como caña para el ingenio, existe la necesidad de un nuevo pacto cívico y un renovado contrato social, a la luz de los conflictos que agobian a la sociedad, y estamos completamente seguro que es una tarea, en la que las nuevas autoridades necesitan del colectivo nacional, obviamente, inspirado en los más altos valores éticos y cívicos, para superar los retos, que todos tenemos como sociedad, la corrupción, la criminalidad, la delincuencia, los feminicidios, la inseguridad ciudadana, y auspiciar un estado de bienestar.
En filosofía política, ciencia política y sociología, el contrato social es un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos. Jean-Jacques Rousseau, formuló que los seres humanos para vivir en sociedad, acuerdan un contrato social implícito.
Por suertes, la Republica Dominicana, cuenta con referentes sociales creíbles, hay personas físicas e institucionales, por ejemplo, el Dr. Ramón Veras (Negro), Dr. Príamo Rodríguez, Miguel Franjul, Persio Maldonado, Huchi Lora, Nuria Piera, Alicia Ortega, Alvarito Alvelo Hijo, Mons. Nicolás Cardenal López Rodríguez, Ysócrates Peña Reyes, Radhamés Gómez Pepín, José Israel cuello, Federico Henríquez Gratereaux y otros líderes de opinión, que no tienen vinculación partidaria y las asociaciones profesionales, empresariales, de desarrollo y sindicatos. Estos son la verdadera voz del pueblo. Voces no interesadas. Independientes al servicio del desarrollo, el progreso nacional y la cohesión social del pueblo dominicano.
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