República Dominicana. Martes 10
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Dejad a Hipólito y Miguel
Willians De Jesús Salvador
- wsalvador@vozdiaria.com.do
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Ha terminado la llamada tregua navideña a la que año tras año son convocados los partidos políticos y sus líderes. Tregua solo de palabra, los partidos continúan su laborantismo clientelar, en esa magna oportunidad a través de dadivas y oportuna solidaridad con los llamados sectores populares.
El candidato oficialista con toda la parafernalia del poder detrás y el candidato del PRD, Hipólito Mejía, arrancaron como trombas marinas detrás del mercado electoral cautivo, siendo el objetivo fundamental capturar los indecisos, que en cierta oportunidad Balaguer llamó la masa silente, a la vez que ambos hacen esfuerzos por penetrar en los nichos del contrario, buscando como es normal, ganancias de causas.
A lo interno de ambos partidos han quedado temas inconclusos, lo que no ha permitido la integración en un cien por ciento. Observemos a lo interno del PLD, la elección de la candidata vicepresidencial, aunque no se haya aireado creó una grieta, porque lo que se estila como una norma no escrita en los estatutos que se elija entre los competidores, excepto, cuando se producen alianzas pre-primarias, como en el caso del ingeniero Hipólito Mejía, que llegó a un acuerdo pre convencional con Luis Rodolfo, que le cedía la candidatura vicepresidencial por el apoyo, como hombre de palabras, no se hizo esperar, el día que lo proclamaron, ese mismo día lo anunció. Por estas razones, no se han integrado a Danilo, José Tomás, ni Franklin Almeida, ni Radhamés Segura, porque con justas razones ellos entienden que Margarita no compitió, todo lo contrario, produjo un discurso de retiro de sus aspiraciones presidenciales destemplado y zahiriente, cuando se analiza con espíritu crítico.
En el caso del PRD, no es ocultable la actitud asumida por el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, después de haber facilitado la proclamación del candidato presidencial del PRD, en la convención realizada para tal efecto. Durante este periodo de tiempo, entre la proclamación y las navidades, muchos se han brindado para mediar entre ambos líderes, aparentemente sin resultados positivos. Gestiones no han faltado. Personalidades, amigos, compañeros y empresarios, han agotado largas jornadas infructuosas.
Le escribí una carta privada al ingeniero Hipólito Mejía, en la que le expresé que debía haber una iniciativa de parte del sector que él encabeza para convocar los organismos del partido, a la vez que le precisé que entre líderes de la talla de él y Miguel eran innecesarios los mediadores, porque este es un momento de altas miras hacia las elecciones de mayo del 2012. No recibí respuestas a mi iniciativa, ni escrita, ni por otras vías convencionales.
He leído el artículo del comunicador, Juan T.H., en el periódico El Nacional de fecha 7 de enero 2012, en la que llama al Presidente del Partido, presidente de facto y le hace responsable del estado unipolar de la Justicia dominicana, entre otros señalamientos de que en el PRD hay dos líneas de mando la del ingeniero Hipólito Mejía y la del presidente del partido Miguel Vargas.
He recibido muchas llamadas de perredeístas que desean llegar al poder, preocupados porque entienden que hay una actitud de profundizar las diferencias entre Hipólito y Miguel Vargas, yo no lo entiendo así.
El candidato oficialista con toda la parafernalia del poder detrás y el candidato del PRD, Hipólito Mejía, arrancaron como trombas marinas detrás del mercado electoral cautivo, siendo el objetivo fundamental capturar los indecisos, que en cierta oportunidad Balaguer llamó la masa silente, a la vez que ambos hacen esfuerzos por penetrar en los nichos del contrario, buscando como es normal, ganancias de causas.
A lo interno de ambos partidos han quedado temas inconclusos, lo que no ha permitido la integración en un cien por ciento. Observemos a lo interno del PLD, la elección de la candidata vicepresidencial, aunque no se haya aireado creó una grieta, porque lo que se estila como una norma no escrita en los estatutos que se elija entre los competidores, excepto, cuando se producen alianzas pre-primarias, como en el caso del ingeniero Hipólito Mejía, que llegó a un acuerdo pre convencional con Luis Rodolfo, que le cedía la candidatura vicepresidencial por el apoyo, como hombre de palabras, no se hizo esperar, el día que lo proclamaron, ese mismo día lo anunció. Por estas razones, no se han integrado a Danilo, José Tomás, ni Franklin Almeida, ni Radhamés Segura, porque con justas razones ellos entienden que Margarita no compitió, todo lo contrario, produjo un discurso de retiro de sus aspiraciones presidenciales destemplado y zahiriente, cuando se analiza con espíritu crítico.
En el caso del PRD, no es ocultable la actitud asumida por el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, después de haber facilitado la proclamación del candidato presidencial del PRD, en la convención realizada para tal efecto. Durante este periodo de tiempo, entre la proclamación y las navidades, muchos se han brindado para mediar entre ambos líderes, aparentemente sin resultados positivos. Gestiones no han faltado. Personalidades, amigos, compañeros y empresarios, han agotado largas jornadas infructuosas.
Le escribí una carta privada al ingeniero Hipólito Mejía, en la que le expresé que debía haber una iniciativa de parte del sector que él encabeza para convocar los organismos del partido, a la vez que le precisé que entre líderes de la talla de él y Miguel eran innecesarios los mediadores, porque este es un momento de altas miras hacia las elecciones de mayo del 2012. No recibí respuestas a mi iniciativa, ni escrita, ni por otras vías convencionales.
He leído el artículo del comunicador, Juan T.H., en el periódico El Nacional de fecha 7 de enero 2012, en la que llama al Presidente del Partido, presidente de facto y le hace responsable del estado unipolar de la Justicia dominicana, entre otros señalamientos de que en el PRD hay dos líneas de mando la del ingeniero Hipólito Mejía y la del presidente del partido Miguel Vargas.
He recibido muchas llamadas de perredeístas que desean llegar al poder, preocupados porque entienden que hay una actitud de profundizar las diferencias entre Hipólito y Miguel Vargas, yo no lo entiendo así.
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