DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SR. WILFREDO CABRERA, PRESIDENTE ELECTO DEL CONSEJO DE DIRECTORES - 2016-2017

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SR. WILFREDO CABRERA, PRESIDENTE ELECTO DEL CONSEJO DE DIRECTORES  - 2016-2017

Estimados Socios:

Distinguidos Invitados Especiales:

Queridos Amigos:

Valoro grandemente la oportunidad que nos brinda esta magna Asamblea de dirigir la Junta Agroempresarial Dominicana como Presidente de su Consejo de Directores.

Aprecio, de igual manera, el extraordinario equipo de trabajo que hemos conformado en el Consejo de Directores y la labor formidable que día a día, ejecuta nuestro Personal Ejecutivo, encabezado por el Presidente Ejecutivo Osmar Benitez y el personal de Apoyo. Considero oportuno felicitar al presidente saliente Pedro Alorda, por la gran labor realizada.

Nuestras palabras de hoy se orientan, fundamentalmente, a resaltar las líneas maestras de nuestro Plan Estratégico para los próximos 5 años y la visión que tiene nuestra Junta Directiva, nuestros socios y nuestro personal, para los próximos 30 años.

Durante los últimos meses, nuestro Consejo de Directores ha reflexionado mucho sobre dos cuestiones fundamentales.

La primera, cuáles son los grandes desafíos que va a afrontar el sector agropecuario en los próximos 5 años y, la segunda, qué puede hacer la Junta Agroempresarial para apoyar a sus socios y al sector en esta ruta que nos lleva a superar con éxito los nuevos retos de una agricultura que cada día exige más eficiencia y un mayor esfuerzo para que sea rentable a favor de los productores nacionales.

Para atender nuestro cuestionamiento primero sobre los desafíos que tenemos por delante, considero apropiado que los identifiquemos.

A saber:

Primero, un mercado grande y abierto que trae la competencia a nuestras propias fronteras.

El mercado local se convirtió en un mercado global.  Nos llegarán productos alimenticios a precios iguales o a menor precio que los nuestros.  Muchas veces, subsidiados por sus países.  Otras veces, por prácticas desleales de comercio, como el dumping, ejercidas por sus comerciantes.

Ante esta realidad que hoy viven naciones como las nuestras, hacemos un llamado a no tener temor.  Nada ganamos con el miedo. Como dijo el Presidente Estadounidense Franklin Delano Roosevelt : " Lo único que debemos temer es al temor mismo".

El sector gana si se sienta en la mesa del diálogo con sus autoridades y define un Plan de Acción para enfrentar con éxito ese gran desafío.

República Dominicana tiene la capacidad de competir.  Nosotros, los productores nacionales, hemos desarrollado las destrezas y hemos ido incorporando tecnologías que nos permitirán competir, y vamos a competir.

Esta afirmación debe sustentarse, no obstante, en una Alianza Público-Privada que nos habilite para echar hacia adelante.

Una Alianza Público-Privada que permita diseñar y aplicar políticas públicas orientadas a mejorar, cada día más, nuestro acceso al crédito, a tasas competitivas y en condiciones de plazos adecuados a la actividad que desarrollamos:  producir comida para el pueblo dominicano. Esa es nuestra principal misión "producir comida".

Reconocemos que en la gestión del Presidente Danilo Medina, hemos avanzado positivamente en esta materia del crédito.

Alcanzamos cifras sin precedentes en la Cartera de Financiamiento para nuestro sector.

El segundo gran desafío:  el clima, la sequía, el agua.  Algunos le llaman “el cambio climático”.

Otros lo han denominado “el Fenómeno del Niño o La Niña”.  Para nosotros, en el campo dominicano, eso se llama “falta de agua”, agua necesaria para mojar nuestras parcelas y para atender la sed de nuestros animales.

Queridos amigos, estudios técnicos de organismos nacionales e internacionales muestran que la República Dominicana todavía cuenta con una gran dotación de ríos, arroyos, manantiales, cañadas, por donde todavía corre mucha agua.

Nuestra gran debilidad es no preservarla.  El desafío es hacer la inversión que fuere necesaria para conservar el agua que nos da Dios y la naturaleza.

El Banco Mundial en su último boletín del 23 de marzo 2016, en el Artículo de opinión: El agua que no has de beber, no la dejes ir por el caño, afirma que en América Latina apesar de los avances sociales y económicos hay 106  millones de personas aún no cuentan con un baño digno y 34 millones no tienen acceso a agua potable de manera sostenible .

Hacemos un llamado hoy a nuestras organizaciones políticas, a las fuerzas sociales, a las iglesias, a nuestros Congresistas y a la sociedad civil en general, para que nos aboquemos a firmar una Alianza que en la Junta Agroempresarial Dominicana hemos denominado “La Agenda del Agua”.

Hace dos semanas dejamos constituido el Primer Consejo Provincial de la JAD, en la Vega.

La primera y más importante tarea de nuestros Consejos Provinciales será trabajar en un Programa de Reforestación de las márgenes de ríos y arroyos a nivel de las fincas de nuestros afiliados y de todos aquellos dominicanos que sientan, como nosotros, el compromiso de preservar nuestros ríos.

El tercer desafío:  la asociatividad y los costos de producción.

Cuando preguntamos a cualquier directivo de nuestra organización cual, a su entender, es el mayor reto que él o ella tiene en su actividad productiva, la respuesta no se hace esperar:  costos de producción.

Para ser competitivo y lograr rentabilidad, juntos, productores y autoridades, debemos sentarnos a discutir políticas públicas orientadas, específicamente, a bajar los costos de producción en la economía dominicana.

Y aquí, la responsabilidad tiene 2 actores:  Primero, nosotros, los productores.  Debemos asociarnos, agruparnos en organizaciones como la Junta Agroempresarial Dominicana, para trabajar el concepto de compras conjuntas, que permitan adquirir insumos, equipos y maquinarias en mayor volumen o cantidades, en el caso de los insumos, para abaratar costos.

En materia de precio, no es lo mismo comprar un saco de fertilizante que 500 sacos de fertilizantes.

Pero, además, los agricultores debemos aprender a hacer un uso más eficiente de estos insumos, del recurso agua, de los servicios de mecanización y de otros costos inherentes a la producción.

El otro actor esencial en esta tarea es el Gobierno.  El Gobierno quiere y necesita un sector productivo eficiente, competitivo y rentable, para que cree empleos y genere riquezas en la economía nacional.

Es por ello que entendemos, en la JAD, que el Gobierno tiene también un rol importante en este tema de bajar costos, particularmente, en lo referido a los costos generales de la economía.

Nos referimos a aquellos costos que el agricultor no puede controlar, como el caso del precio de los combustibles, el costo de la energía eléctrica, el costo del transporte, el costo del financiamiento o los costos administrativos que se reproducen como la verdolaga, dicen en el campo, cada vez que un funcionario o titular de una institución del Estado se inventa la aplicación de una tasa por servicios que deberían ser gratuitos para los ciudadanos. La era de la penalización al sector productivo nacional debe ser parte del pasado, el presente demanda políticas fiscales estables, para garantizar un futuro promisorio al productor dominicano.

Señores, por eso se necesita la Alianza Público-Privada, que nos facilite identificar estas prácticas contrarias a los propósitos de ser más competitivos en el mercado internacional y en el mercado doméstico.

Estimados socios, al asumir la Presidencia del Consejo de Directores de la Junta Agroempresarial Dominicana, estamos asumiendo el compromiso de promover la innovación, la competencia y la rentabilidad de las actividades productivas del campo.

Nuestro sector está obligado a una nueva reingeniería en la que la innovación sea un pilar fundamental para dar el salto tecnológico y de modernización que demanda esta era de la economía global.

Los países con más  crecimiento  y reducción de los índices de pobreza son aquellos que estimulan las innovaciones tecnológicas, la Junta Agroempresarial Dominicana, siempre está a la vanguardia en el proceso de producción, en tal virtud, la innovación será el norte de este periodo.

Para alcanzar esos elevados propósitos, reafirmo hoy la obligación de nuestro Consejo de Directores y de nuestro Personal Ejecutivo y de Apoyo, de trabajar incansablemente para fortalecer, cada día más, nuestra poderosa Junta Agroempresarial Dominicana.

Muchas gracias.